La medida que afectara a los
sueldos bajos y medios fue tomada con nocturnidad y alevosía el pasado 20 de diciembre, antes justo de las fiestas de Navidad.
El Gobierno que más ha subido los impuestos en la
historia democrática de este país sigue batiendo récords. No sólo ha elevado y
creado decenas de impuestos y ha incumplido la promesa lanzada en 2012 de
devolver a su sitio los tipos de gravamen del impuesto de la renta este mismo
año, sino que ahora acaba de asestar un nuevo y duro golpe a la nómina de los
trabajadores y a los resultados de las empresas por la vía de incrementar lo
que se paga por cotizaciones sociales a la Seguridad Social a través de la
nómina.
Sabedor
del malestar que iba a provocar una medida de este tipo, el cambio legislativo
que ha requerido esta reforma se ha realizado con nocturnidad y alevosía, con
una total falta de transparencia por parte del equipo de Mariano Rajoy. El
Gobierno evitó anunciarlo públicamente y se limitó a publicarlo en el Boletín
Oficial del Estado el pasado 20 de diciembre, antes justo de las fiestas de
Navidad.
Además
el sablazo afecta a los sueldos bajos y medios pero no a los altos, que
contribuyen a la Seguridad Social con la base de cotización máxima, que es la
cifra sobre la que se aplican los porcentajes de aportación mensuales de
empresa y trabajador. El Gobierno ha decidido mantener esa base máxima en 3.597
euros después de subirla el 5% los dos últimos años y por tanto a estos
trabajadores no les afecta el incremento porque su base no puede subir más,
según el Gobierno.
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