Estas deberían de ser unas preguntas éticas
fundamentales que deberían contestar cualquier candidato/a antes de presentarse
a unas elecciones municipales: ¿Debe mentir un/a alcalde/sa? ¿Pueden existir
algunas circunstancias en las que mentir esté justificado?.
Hay algunos regidores locales que no tienen problemas
para mentir y justificar sus mentiras, dejando constancia de poseer una moral
diferente a la del ciudadano corriente. En nuestro querido pueblo la actual
regidora ha demostrado esto último en la práctica, durante sus pasados años en
el gobierno y, lo peor de todo, lo sigue haciendo actualmente sin ningún tipo
de recato, atreviéndose incluso a justificarlo en el último Pleno celebrado el
pasado 3 de septiembre.
Le hemos dicho en muchas ocasiones que esa visión que
ella tiene del ejercicio del poder político nos parece inaceptable, porque
estamos convencidos que los políticos no debemos tener
reglas morales distintas a las de la ciudadanía. Los fines políticos no
justifican que se usen medios inmorales.
Por supuesto que existen políticos
honrados y estamos profundamente satisfechos de haberlo demostrado en los
cuatro últimos años de gobierno del PSOE en nuestro Ayuntamiento, convencidos
de que no debe existir una moral para el político distinta a las de los
ciudadanos.
Las mentiras de tipo personal, como las que esta Sra. ha
contado de su antecesor y compañero nuestro Francisco Javier Arenas Vacas, son
malas. Pero lo peor de todo es la falsedad con que la que lo lleva a cabo, que afectan
al fondo de las personas y sus actitudes esenciales. Y aún peor es que se
convierta en un hábito como el que ha demostrado la Sra. Sánchez Moreno, que
puede llegar incluso a impregnar nuestras vidas y las de nuestros hijos.
Dolores Germana Sánchez Moreno no sabe que nadie, por
importante o poderoso que sea, debe mentir ni utilizar el juego sucio. Los
engaños no salen rentables a largo plazo porque minan la confianza. Y, sin
confianza, una política constructora que
sume esfuerzos para afianzar el futuro de nuestro querido pueblo es imposible.
Tampoco sabe Dolores Germana Sánchez Moreno que los
políticos tienen una responsabilidad especial respecto al bien común. Es
comprensible que, si mienten en público y faltan a su palabra (sobre todo,
después de unas elecciones), luego se les eche en cara y, en democracia, eso se
paga con la pérdida de la confianza de los ciudadanos y del resto de los
representantes democráticamente elegidos.
Siempre nos ha impresionado profundamente cuando nuestro
candidato a la alcaldía en las pasadas elecciones municipales, Francisco Javier
Arenas, nos decía: "Durante mi mandato, en nuestro Ayuntamiento no
mentimos nunca, aunque ello conlleve no rentabilizar algo políticamente".
PSOE de Villanueva de
Córdoba
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