miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Se parece el PSOE a aquellos que quiere representar?



En 2010 Oliver Stone estrenaba su documental “Al sur de la frontera” (http://vimeo.com/15348220 ), en el cual se hacía una serie de entrevistas a los líderes de izquierdas de Latinoamérica entre ellos a Cristina Fernández de Kirchner presidenta de Argentina a la que se le preguntaba si podía dar alguna de las claves del éxito de los movimientos de izquierdas en Sur América, y la respuesta a pregunta tan compleja la inicio diciendo: “Por primera vez los gobernantes se parecen a los gobernados” y recapacitando sobre esto nos cabe preguntar ¿Se parece el PSOE a aquellos que quiere representar? Sin duda, para aquellos dados a interpretaciones que no se ajustan a lo escrito, aclaro que no se está proponiendo trasladar los modelos latinoamericanos de izquierdas a España y que esa sea la línea a seguir por el PSOE, sólo hay que limitarse a saber si verdaderamente el PSOE puede ser la voz de sus potenciales votantes por ideología. Y la respuesta es evidente: NO

El PSOE históricamente ha representado a la mayoría de la izquierda española y hoy convertido en una organización aparentemente impermeable a las nuevas características de esa izquierda, que ya no se conforma con un sistema representativo unidireccional con la excepción de votar cada 4 años y quiere medios para la participación activa, que pide que sus elegidos mantengan un discurso inequívocamente de izquierdas, una izquierda sociológica que hoy por hoy es el ariete contra las políticas del Partido Popular, pero un ariete que no empujamos desde este partido, o al menos así se siente viendo lo últimos resultados electorales. Un partido con estructuras profundamente endogámicas que en periodos de dificultades se blinda hacia dentro en lugar de abrirse a propuestas, que sirve a veces más de agencia de colocación para cargos públicos que dejaron de serlo que como instrumento de debate ideológico, un partido en definitiva apegado al siglo XX que aún no se ha enterado que hoy más que nunca sus electores y sus bases son más exigentes, más activas y más críticas, porque tienen más preparación y mejores medios para serlo.

El PSOE en la interminable búsqueda por ser plenamente aceptados por el centro ha perdido sus izquierda, y en su apuesta por un centro caprichoso que siempre se suele apuntar al vencedor, ha puesto en peligro el mismo suelo electoral del partido por haber defraudado a los que aparentemente estaban convencidos, defraudados también por el declive de la política en favor de lo que ahora se denominan “gestores”. Cuando la misión de la política es ilusionar y la del gestor eliminar en gran parte esos sueños, el PSOE en la oposición como estrategia política decide aceptar la responsabilidad del gestor que ya no gobierna pero que no quiere darse cuenta de ello, mientras que la Izquierda Plural recoge las pérdidas del PSOE por la izquierda y la abstención las perdidas del PSOE por el centro.

En Andalucía el PSOE apostó decididamente  por la izquierda, y Andalucía ganó un gobierno de Izquierdas, porque aparentemente se entendió que el discurso que ilusionaba a las bases era más necesario que nunca, y se entendió bien, porque nunca se han ganado unas elecciones en las que tus bases de voto no te respalden. Cuando la Ejecutiva Federal del PSOE analice detenidamente lo ocurrido en el País Vasco y Galicia posiblemente debería empezar por averiguar en qué momento gran parte de la izquierda dejo de sentirse representada por el nuestras siglas.


Rubén Blázquez Pizarro

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