En 2010 Oliver Stone estrenaba su
documental “Al sur de la frontera” (http://vimeo.com/15348220 ), en el cual se hacía una serie
de entrevistas a los líderes de izquierdas de Latinoamérica entre ellos a
Cristina Fernández de Kirchner presidenta de Argentina a la que se le
preguntaba si podía dar alguna de las claves del éxito de los movimientos de
izquierdas en Sur América, y la respuesta a pregunta tan compleja la inicio
diciendo: “Por primera vez los gobernantes se parecen a los gobernados” y
recapacitando sobre esto nos cabe preguntar ¿Se parece el PSOE a aquellos que
quiere representar? Sin duda, para aquellos dados a interpretaciones que no se
ajustan a lo escrito, aclaro que no se está proponiendo trasladar los modelos
latinoamericanos de izquierdas a España y que esa sea la línea a seguir por el
PSOE, sólo hay que limitarse a saber si verdaderamente el PSOE puede ser la voz
de sus potenciales votantes por ideología. Y la respuesta es evidente: NO
El PSOE históricamente ha
representado a la mayoría de la izquierda española y hoy convertido en una
organización aparentemente impermeable a las nuevas características de esa
izquierda, que ya no se conforma con un sistema representativo unidireccional
con la excepción de votar cada 4 años y quiere medios para la participación
activa, que pide que sus elegidos mantengan un discurso inequívocamente de
izquierdas, una izquierda sociológica que hoy por hoy es el ariete contra las
políticas del Partido Popular, pero un ariete que no empujamos desde este
partido, o al menos así se siente viendo lo últimos resultados electorales. Un
partido con estructuras profundamente endogámicas que en periodos de
dificultades se blinda hacia dentro en lugar de abrirse a propuestas, que sirve
a veces más de agencia de colocación para cargos públicos que dejaron de serlo
que como instrumento de debate ideológico, un partido en definitiva apegado al
siglo XX que aún no se ha enterado que hoy más que nunca sus electores y sus
bases son más exigentes, más activas y más críticas, porque tienen más
preparación y mejores medios para serlo.
El PSOE en la interminable
búsqueda por ser plenamente aceptados por el centro ha perdido sus izquierda, y
en su apuesta por un centro caprichoso que siempre se suele apuntar al
vencedor, ha puesto en peligro el mismo suelo electoral del partido por haber
defraudado a los que aparentemente estaban convencidos, defraudados también por
el declive de la política en favor de lo que ahora se denominan “gestores”.
Cuando la misión de la política es ilusionar y la del gestor eliminar en gran
parte esos sueños, el PSOE en la oposición como estrategia política decide
aceptar la responsabilidad del gestor que ya no gobierna pero que no quiere darse
cuenta de ello, mientras que la Izquierda Plural recoge las pérdidas del PSOE por
la izquierda y la abstención las perdidas del PSOE por el centro.
En Andalucía el PSOE apostó
decididamente por la izquierda, y Andalucía ganó un gobierno de Izquierdas,
porque aparentemente se entendió que el discurso que ilusionaba a las bases era
más necesario que nunca, y se entendió bien, porque nunca se han ganado unas
elecciones en las que tus bases de voto no te respalden. Cuando la Ejecutiva Federal
del PSOE analice detenidamente lo ocurrido en el País Vasco y Galicia
posiblemente debería empezar por averiguar en qué momento gran parte de la
izquierda dejo de sentirse representada por el nuestras siglas.
Rubén Blázquez Pizarro
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